La pobreza es asumir que no tener todas esas cosas es normal, no enfadarse sino asumirlo y hacer lo posible para que mañana no vuelva a ocurrir.

¡Buenas Buenas! Poco a poco va pasando el tiempo, ya estamos a 5 de abril, ya llevo aquí casi 2 mesecitos y la verdad es que esta siendo chévere como dirían por aquí mis amigos Costeños.

Os quería contar la Semana Santa que he podido vivir y que a pesar de estar bastante lejos de casa, la he sentido tanto como si fuese una Pascua Jucar allí en España. Empezamos el Jueves Santo con los preparativos del altar donde se pondría el cuerpo de Cristo. Camilo y yo nos encargamos de decorarlo y, mientras lo estábamos planificando, pensaba en que mis amigos tanto de las pascuas de Madrid como la de Vila, lo estarían haciendo también.

Esa noche, esa Oración en la que se acompaña a Jesús en el Huerto de los Olivos, me ayudó a recordar a todas esas personas que me han acompañado a mí a lo largo de mi vida: mi familia, Jucar, amigos, compañeros de clase… hacía tiempo que no pensaba en algunos de ellos y he de reconocer que todo eso me emocionó. Cuando terminó la oración sentí un profundo desahogo, lo que me ayudó a seguir adelante. Gran culpa de que profundizara en la oración fue del coro que dirigido por el Padre Henry (la persona que más sabe de música que he conocido nunca), que tocando la flauta travesera ambientó la iglesia de manera muy especial. Os enseño una foto de cómo nos quedó el Monumento.

El viernes fue un día raro, marcado por alegría exterior pero tristeza en la profundidad de toda la comunidad. Aquí se come más que nunca porque se hace mucha comida y se regala a los amigos y vecinos. Ese día comí Hicotea de nuevo, es decir, tortuga. Esta bastante sabrosa y es típica de Viernes Santo, Por supuesto, yo no me iba a negar a hacer algo típico jejeje

El sábado tempranito salimos para Cartagena el grupo de jóvenes de la parroquia para el Vía Crucis subiendo la Popa que había organizado la Arquidiócesis de Cartagena. Todos íbamos con nuestra camiseta roja para distinguirnos, sin saber que el 70% de los grupos que allí fueron habían pensado lo mismo. La popa es una de las zonas más altas de Cartagena desde donde se ve el resto de la cuidad. La idea era ir haciendo las estaciones, cantando, reflexionando, con algunas dinámicas. Lo que no sabíamos es que arriba nos esperaban dos grupos de música cristianos que harían realmente divertido el encuentro. El primero era un grupo de sacerdotes que se dedican a evangelizar con la música. El segundo fue la Santa Banda, un grupo genial con un estilo reegue-latino que me encantó. Durante todo el día se repetía: “¿Qué nos enseña San Pablo? Somos el Cuerpo de Cristo” Aquí os dejo la foto que más me gusta de ese día con el grupo. 

El sábado en la tarde se palpaba tensión en el ambiente. Ese día se bautizaron 81 niños en la parroquia, y aunque, ya todo estaba preparado para la vigilia, estaba presente el entusiasmo y preocupación por que la parte de la que cada uno se encargaba fuese perfecta. Puedo presumir de que resucité, baile y canta en la vigilia como lo hubiera hecho en una Pascua. Las chicas del coro son maravillosas y aunque no se atrevieron a bailar delante de todos la coreografía que habíamos preparado, jejeje lo vivieron intensamente igual que yo. El coro es el de la foto junto con el Henry y yo que me he colado

Después de la vigilia la comunidad tuvo un momento de celebración y encuentro para festejar la Resurrección. Se fueron yendo a dormir y al final, nos quedamos compartiendo nuestra vivencia de la semana santa.

El domingo de Resurrección salimos a comer juntos y al terminar, me llamo un amigo que no veía hace 10 años. El estuvo en Madrid varios años y nuestras mamas se hicieron muy amigas. Ayer jueves nos reencontramos en Cartagena y recordamos a todas las personas y cosas que había cuando ellos estuvieron allí. Aquí os dejo la foto del momento

Esta semana no he tenido Internet disponible porque estoy en la comunidad de Turbaco, porque los carmelitas tenían un retiro. Por eso me vine para acá y descubrí que la pobreza va más allá de pensar en comer menos, no tener agua corriente o luz. La pobreza es asumir que no tener todas esas cosas es normal, no enfadarse sino asumirlo y hacer lo posible para que mañana no vuelva a ocurrir. Además he conocido lo que es la verdadera alegría del encuentro, lo que es un cumpleaños humilde y feliz. El calor humano de toda la gente que me estoy encontrando en mi camino es gigante. Estoy muy contenta.

Para terminar una de esas frases que se pueden leer en las busetas y que me hizo entender que siempre hay otra forma de ver los obstáculos:

No le digas a Dios que tienes un gran problema, dile a tu problema que tienes un gran Dios.

Gracias por compartir conmigo un ratito de vuestro tiempo, acordaros de mí y por la firmita que me vais a dejar al terminar. Que no os de vergüenza ni nada de eso, porque aunque solo me enviáis un beso o un abrazo yo ya soy feliz.

Un beso gigante, os echo mucho de menos y tengo ganas de daros un gran abrazo!! Dentro de poquito podremos cumplirlo.

Aliii